Thursday writing ♡

Hola! 
Quería pedir perdón por lo que he tardado en escribir pero he tenido una semana liadilla y no he podido. Lo siento.

Besitos! ♡

Amor gramatical

Memoria II

- ¡Aline! Vamos, despierta. Vas a llegar tarde al instituto. 

- Pero mamá, por favor, cinco minutos más...

- Nada de peros. Venga, rápido.

A Aline se le habían pegado las sábanas. Las sacudió y se levantó. Cogió el móvil como hacía cada día y, al ver la hora, tuvo que darse mucha prisa. Empezaba las clases a las nueve de la mañana y eran las ¡ocho y media!. Siempre se maquillaba pero esa mañana no tenía tiempo y tampoco era necesario. Se quitó el pijama y se puso la ropa que había escogido por la noche. Un tejano, un jersey negro de lana fina, ya que era septiembre y no hacía nada de frío y unos oxford de piel marrón. Salió al balcón y el sol parecía haberse escondido. Aline se entristeció pero quería tener un buen día lleno de optimismo, así que no se preocupó y salió de casa feliz. Cruzó la calle y fue a la parada del autobús. No era un vehículo escolar y no tenía a nadie con quien ponerse ni charlar. Se colocó los cascos en las orejas y puso su música favorita para desconectar de la gente desconocida. Un poco de Michael Jackson, Bruno Mars y Arctic Monkeys. En cinco minutos estaba en la puerta del centro, donde vio a Austin y a sus mejores amigas: Amber, Brooke y Claire. Fue corriendo hacia ellas y se abrazaron. Austin la quiso saludar pero Aline pasó de largo. Él no se merecía eso pero era lo mejor que podía hacer para olvidarse de él, o al menos eso creía ella. Entraron a clase de física y, a pesar de ser buena estudiante, estuvo toda la hora distraída y pensativa. A media mañana tenían treinta minutos de descanso y fueron a comer a un pequeño restaurante francés que había al lado del colegio. Se llamaba Les fleurs porque en primavera utilizaban flores comestibles y las ponían en las ensaladas y de forma decorativa. Las chicas acabaron de comer y volvieron al instituto. Tenían química a última hora de la mañana y cogieron los libros de las taquillas y fueron al laboratorio. Aline fue un segundo al baño y, cuando salió, se encontró de frente a Austin, su mejor amigo con el que no se hablaba. A ella se le abrieron los ojos de golpe como platos y se le cayeron los libros al suelo. Un tópico de las novelas románticas. Pero en este caso Austin no se los recogió. Él entró al baño de los chicos sin decirle nada. Lo hizo otra persona: Harrison, su profesor de lengua española y literatura. Él la vio con prisas y decidió ayudarla pero Aline no lo vio necesario y rechazó su ayuda. Ella se fue a su clase y Harrison se quedó chocado por el comportamiento de la alumna. Se acabó la tarde y Aline fue de vuelta a casa, esta vez en coche porque su madre la había ido a buscar. Se pasó la tarde estudiando y repasando la lección de física de ese mismo día porque no había estado pendiente y no escuchó nada. Aline se fue a dormir cansada y pesarosa. El segundo día de instituto no podría haber ido mejor.